"Demasiada sal en los calamares", pienso, mientras compruebo que el sonido del partido llega antes que la imagen.
El asunto del seguro se alarga, no le arranca el coche al que venía a limpiarme el sofá. Mañana no tengo que hacer lo que tenía que hacer mañana, porque me han avisado casi sin querer.
Si la peluquera tiene prisa pero habilidad, si te cuelas en la fila del cajero sin que nadie se enfade, si te acaban regalando tres mecheros que no pensabas comprar... ¿por qué todo se me descuadra?
Cuando pregunto y te duele la cabeza entre la fisiología y las discusiones, ya sé que todos tienen la misma talla, mientras barrunto que seguro que distinta de la mía. Y queda esa ambigüedad de niños que corren raro, la cruzada contra el desconocimiento y la tristeza de la metáfora de tardar más en venir que en volver a donde ya estabas.
Me he quedado helado delante de estas letras y, en cambio, me dio calor levantarme del silencio al unísono de un teléfono intempestivo. Al cambio de hora, tengo sueño por las mañanas y, cuando subo a acostarme, me despierto recién extendido sobre la cama.
Se me ha olvidado preparar un trabajo para mañana, y ya no es plan de ponerse. He tomado después de la cena más chocolate que el de rigor, y aún me he quedado con ganas. Todo me sale perturbado, todo me llega discordante. Hasta este texto que escribo parece desarticularse entre los renglones.
Hoy ha sido un día atravesado, de esos en los que habría que quejarse al proveedor y que nos lo devolvieran ajustado, como hice con aquellos pantalones vaqueros que me compré. Todo chirría por algún lado, que alguien engrase esta noche, con urgencia por favor, la maquinaria correspondiente para que el día de mañana venga con más prestaciones de serie y mejor acabado.
Aunque tal vez sea que, al llevar puesto tu aroma y, sin embargo, no verte, yo mismo me desconcentre los relojes, me desafine sobre mis propios pasos, me discrepe la vida.
Debería pedirte que dejaras de ser tan disidente, me ayudaras a conciliar la distancia y el corazón con un nudo marinero, y me concedieras el tiempo suficiente para sintonizarte Radio Pirineos en mitad de una canción.
;)
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